TOP

Paco Jémez, mi abuelo y su mano


Recorría la Albufera de la mano de los dos, de mi abuelo y de mi padre. Ambos me enseñaron cada domingo a disfrutar de ese rayo que asomaba por Vallecas cada quince días. Ambos me acercaron al fútbol, al balón que a diario me insufla vida y que los dos me enseñaron a jugar. Cada partido como si fuera el último, disfrutando cada uno de ellos. Saltando con cada gol y aplaudiendo con cada jugada. Porque el Rayo es un milagro. Porque Vallecas en el fútbol es un apoteósico carrusel de emociones del que no puedes bajarte un solo instante. Cada acción, cada camino, es un rincón apasionante de su historia. Y los dos, mi padre y mi abuelo, supieron empaparme de ella.
Leer más »
TOP

¿Y no nos pueden bajar a regional?


Apenas marcaban las 19.30 y mi mente empezaba a quedarse bloqueada, mi cuerpo deambulaba sin rumbo y a los pocos minutos estaba perdido en los aledaños del estadio. No tenía ni la más remota idea de cómo había acabado sin nadie alrededor y fuera de las gradas, más aun sabiendo que éramos cerca de 1300 rayistas en aquella fatídica tarde de Anoeta. Pero tras el pitido final y un mar de lágrimas mientras seguíamos alentando a los nuestros, perdí algo más que la consciencia, aun no tenía claro qué había ocurrido y menos dónde acabaría todo una semana después, aunque se presagiaba.

Leer más »