Con un entusiasmo casi infantil empezaba el baile de sillas y mesas para acomodarnos frente a la pantalla en los prolegómenos del partido. Iban llegando los peñistas, todos con el mismo entusiasmo con el que uno va al cine por primera vez, a dejarse hechizar por una película cuyos actores hacen sumirte en un mundo de ensueño.
Nuestra peli, va de unos chicos con su franja roja forjada a fuego sobre el pecho, con la misión de conquistar el templo de Cornellá El Prat, custodiado por los que hacen llamarse "Periquitos blanquiazules"...(experimentada tribu en lides de Primera). Todos los presentes firmábamos un empate antes del choque. Un final en tablas para este duelo, suponía un paso al frente... otro más en el arduo camino ya recorrido que nos acercaba al anhelado destino. Pero no cabía confiarse...
El Fútbol, es como ese bosque misterioso que debes atravesar, repleto de setas sabrosas e inocuas, y otra venenosas y letales. No habíamos casi acabado de acoplarnos, cuando recibimos el primer golpe de Stuani en una jugada rápida y al toque. 1-0. Min 2.
"Esto no ha hecho más que empezar" pensamos todos al unísono, e imperturbablemente seguimos contemplando con expectación las secuencias de tan fascinante historia. Los de La Franja andan espesos por un bosque demasiado tupido y enredado que desorienta el avance. Pero con fe y brega llegamos a una zona de claros donde un rayo de Sol nos ilumina, una jugada de Alberto Bueno y el posterior remate de Iago Falque igualaba la contienda al borde del descanso... Explosión de júbilo, saltos, abrazos, choques a mano abierta, Gol en nuestras gargantas y un subidón de adrenalina compartido entre peñistas alborotados como chiquillos con su golosina preferida: una gominola roja llamada "rayogol".
Acaba la primera parte en tablas y toca descanso, momento que algunos aprovechan para administrarse una dosis de aire libre a la puertas del Castillo de Córdoba mientras comentamos jugadas y perspectivas sobre los 45 minutos venideros.
Volvemos a nuestras posiciones retomando la concentración en los avatares de la cancha, como si nosotros mismos tuviéramos que afrontar responsabilidades sobre el césped. Pero no haría falta que abandonásemos la butaca de espectador para insertarnos entre los protagonistas de la peli. Esa tarea era de los jugadores del Rayo.
Y pronto aparece un felino depredador que con un enérgico salto queda suspendido en el aire durante una décima de segundo, rematando impecablemente de cabeza y perforando la meta del Espanyol!!! Es Larrivey... 1-2 min 49
Un torrente de alegría arrolladora nos funde a todos los presentes en una atmósfera de fantasía idílica aproximándonos al clímax total!!! Pero queda mucho partido... La contienda continua y el Rayo siguiendo su hoja de ruta, genera ocasiones clarísimas contra un rival desarbolado. Todos sabemos que hay que finiquitar el partido con otro gol.
Pero a falta de tres minutos se desvanece el sueño de la victoria, tras la lucha cuerpo a cuerpo para conquistar Cornellá, Colotto nos cuela en la cesta la seta venenosa del empate postrero. 2-2 Min 87.
Finaliza un encuentro apasionante, cargado de alternativas en el marcador y sensaciones contradictorias. Un desenlace que nos quita un cierto regusto de los dos puntos que acariciamos durante 40 minutos, pero que no hace olvidarnos del gran logro que supone puntuar en una salida tan complicada.
El Rayo camina firme hacia la gran llanura donde está la meta de la permanencia y en La Peña 2004 seguimos disfrutando de un presente en primera, y de un sueño cada vez más cercano, compartiendo Rayismo entre familiares y amigos.
Misión cumplida. Cornellá. Vamos Rayo!! SI SE PUEDE!!
Luigi, (Luis Peromingo)
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